A casi 30 años de la guerra de Malvinas y en medio de una escalada de tensión entre la Argentina y Gran Bretaña por la soberanía de las islas, el duque de Cambridge viajó al archipiélago para participar de un entrenamiento militar como piloto de búsqueda y rescate.
Su llegada coincidió con el anuncio de envui a Malvinas del destructor HMS Dauntless, uno de los buques de guerra más avanzados de la Marina británica.
La llegada del principe Guillermo genero numerosas protestas. Grupos kirchneristas se movilizaron y quemaron una bandera británica. Los actos de repudio seguirán en los próximos días, según anunciaron desde las asociaciones que condenan la llegada de Guillermo.
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